domingo, 13 de julio de 2008

Vista Chinesa para todo el mundo

Después del reconocimiento del terreno la semana anterior, encaramos la vista chinesa en patota. Elaine, Roberth, Fernanda, Malena en carrito y yo.

Fotos de la subida acá

Fotos del segundo mes de Malena acá

Tomamos el 409 en Botafogo hacia Jardín Botánico.

Durante el viaje, Fernanda que estaba sentada en un asiento del medio del colectivo, me pregunta en voz alta si estábamos en el barrio Jardín Botánico. Yo estaba en el fondo del colectivo con el carrito de Malena. La gente se metió, entendiendo que nos teníamos que bajar en Jardín Botánico. Las señoras nos decían "estamos en Jardín Botánico!!!". Hasta que les expliqué bien la pregunta de Fer, y que nosotros sabíamos que íbamos hasta la última parada.

En el punto final del recorrido el colectivero nos preguntó si íbamos para arriba... claro! Entonces como el tenía que dar vuelta el colectivo para volver, nos subio unos metros más.

Donde nos dejó el colectivo empieza a ser más empinada la subida. Unos pocos metros arriba ya no hay más casas y empieza el Parque Nacional da Tijuca. Todo fue bastante tranquilo. Hicimos la primer parada en la cascada, tomamos agua, fotos y vimos un monito saltando de árbol en árbol. Fernanda lo perseguía con una galletita. El mono siguió su curso y fue directo a la ofrenda umbanda que había al borde del agua. Alguna vez les voy a contar, lo poco que se, de esta región, el sincretismo brasilero, los orixás, etc. Es muy interesante, y diferente del catolicismo.

Cuando íbamos subiendo, nos cruzamos un grupo de gente de unos 50 años bajando. Todos con remeras iguales, de un grupo de caminatas. Una señora nos paró y nos dijo que eran de un grupo de amigos del camino (hay gente para todo!). Paró para decirnos que nunca había visto alguien subiendo con un bebé en carrito y nos sacó una foto.

Después de la caminata la mejor recompensa, una vista fabulosa de la ciudad de Rio de Janeiro. Elaine y Fer se sacaron fotos posando como modelos, fotos que no tengo lamentablemente.

Malena se portó excelentemente, durmio toda la subida y se despertó arriba. Un lujo tomar la teta en la vista chinesa y con esa vista de la ciudad. Ahí nos quedamos un rato, disfrutando el paisaje, descansando, comiendo los sandguichitos y las frutas.

La bajada fue más fácil claro, pero no largué dejé tomar velocidad al carrito de Malena... bajamos más tranquilos que la semana anterior. Terminamos el paseo en un lindo cafecito frente al Jardín Botánico. Un cafecito adornado con cosas religiosas de variadas religiones, cristiana, budista... hasta un Che Guevara tenía.

A cidade que fala

En nuestra discusión familiar sobre el futuro a mediano plazo, la ciudad se metió y nos habló:


Quando você gosta mesmo, é para sempre. Sorte nossa morar nesta cidade.
Cuando te gusta de verdad, es para siempre. Que suerte la nuestra vivir en esta ciudad.

viernes, 4 de julio de 2008

Vista Chinesa

Sábado a la tarde, después de acompañar a Fer y a Malena a unas charlas sobre criminalización de la pobreza, agarré la bici y partí para cima. Sabía de la existencia, pero nunca había subido a la Vista Chinesa. Tampoco sabía porque se llama así, así que fui a descubrirlo.

Antes de salir nos quedamos admirando este árbol que creció sobre la pared. Las raices quedaron expuestas dando un gran espectáculo. Pueden hacer click en las fotos para verlas más grandes.

Partiendo de Botafogo, pasé por Copacabana, crucé por la parte baja entre dos morros a la Lagoa Rodrigo Freitas en Ipanema, luego Leblon, y Jardín Botánico. Por suerte donde empezaba a no conocer el camino, aparecieron los carteles indicando 'Vista Chinesa'. Ahí comenzó la subida, suave al principio. Ese barrio, por detrás de Jardín Botánico, tiene sobre la ladera del morro unas casas muy lindas, mansiones con vista hacia la Laguna y el mar, y hacia un costado el Cristo.

Bem-vindo à Floresta da Tijuca

Unos 300 metros después que la subida comenzó a ser más intensa, se terminaron las casas y encontré una arcada dando la bienvenida a la 'Floresta da Tijuca'. No me canso de marcarles, y de sorprenderme con esta inmensa vegetación literalmente en el medio de una ciudad de millones de habitantes. 32km cuadrados de vegetación cerrada.

Las fotos de la travesía acá

En el arco de entrada paré a tomar unas fotos, escusa perfecta para tomar un poco de aire y recuperar las piernas. Necesito más entrenamiento, no había entrado al parque y ya estaba boqueando. Puse la bicicleta en los cambios 1-1, la corona más chica y el piñón más grande e igual era pesado. Así fui subiendo, de vez en cuando parando a tomar aire. Iba caminando, empujando la bicicleta con la mano y la sentí muy pesada. Hasta pensé que las ruedas no estaban funcionando bien, pesaba una tonelada. Levanté la bici y comprobé que las ruedas funcionaban a la perfección. La impresión era totalmente condicionada y tergiversada por el cansancio.

El camino es una sinuosa calle asfaltada, con transito de algunos autos y taxis llevando turistas. También varios ciclistas mejor preparados que yo y también alguno peor. Por la altura ya se podía empezar a ver el mar y la laguna, pero la vegetación es tan cerrada que tenés que buscar entre los agujeros entre los árboles para ver algo. Antes de la mitad de camino me encontré un pequeño embalse alimentado por una cascadita. La construcción parece ser bastante antigua, o por lo menos el estilo es antiguo. El agua se va por debajo del puente de la calle. Este embalse fue otra escusa para descansar, y tomar agua ya que no había llevado nada, ni agua, ni comida.

La ladera del morro hace una curva envolviendo la Laguna y queda mirando hacia la bahía de Guanabara, dejando ver el cristo. Bueno, después de varias etapas alternadas de caminata y bicicleta, vi una glorieta con dragones en el techo. Bien! ya descubrimos porque se llama 'Vista Chinesa' y lo mejor de todo... llegué!. Está ubicada en un pequeño barranco, sin vegetación delante, ofreciendo una vista espectacular de la zona sur de Rio de Janeiro. Otra vista para quedarse contemplando. Como siempre, las fotos no transmiten completamente lo que los ojos ven. Les aseguro que si las fotos son lindas, verlo en vivo es mucho más lindo.

Si en la foto no tengo la mejor sonrisa, es una consecuencia directa de lo que les conté en los párrafos anteriores. El cansancio es de verdad!

Las bicicletas vuelan?

Todo lo que tuve que subir ahora lo tenía que bajar, y lo inclinado de la subida que me había quemado las piernas ahora era todo a favor. Un descenso vertiginoso, todo el camino con las manos en los frenos, la bicicleta temblando por la velocidad... Porque estas cosas son tan placenteras? Porque el peligro a algunos los paraliza y a otros los estimula? Curva y contra curva iba bajando y calculando frenar con tiempo, una frenada brusca sería la peor decisión. Me haría salir volando para adelante. Después de una curva vino una recta de unos 100m, tomé mucha velocidad. La curva parecía abierta pero al llegar a la curva me dí cuenta que mi velocidad era excesiva. Comencé a doblar y frenar lo máximo posible sin clavar los frenos. Anticipadamente supe que no había como conservar las dos ruedas sobre la pista, así que más o menos vi donde no había árboles y ahí me salí. La bicicleta iba inclinada hacía donde dobla la curva, pero me iba saliendo. Las ruedas golpearon en una pequeña zanja de la calle y en un segundo ya estaba tirado sobre la tierra húmeda.

Curando

Después de la caída tenía un poco de dolor en la próstata, supongo que fue el golpe contra el asiento de la bici. Cuando se me pasó ese dolor vi que tenía un pequeño corte en el codo sangrando. 1cm, pequeño pero un poco profundo, por lo tanto no iba a parar de sangrar sólo. Seguí bajando hasta el arco de entrada. Ahí me lavé con unas servilletas y jabón que el milico me dio.

La voy acortando... bajé a la calle Jardín Botánico y me mandé en el primer lugar de atención médica que encontré, una clínica de urgencias pediatricas. Me hicieron de onda unas curaciones. Después seguí buscando un hospital que cubra mi plan de salud. Fui al São Jose en Humaitá (digamos que seguí bordeando la Laguna), un hospital de lujo que parece un hotel. Tiene una parroquia dentro, seguridad privada, tipos que estacionan los autos, y todo con un lujo exorbitante, medio los desconcerté cuando caí con la bicicleta al lado de todos esos autos de lujo. Ahí no me atendieron, no me cubría jeje, y además no atendían urgencias. Pero por suerte la chica que me atendió llamó a Unimed y preguntó a que hospitales podía ir. Entonces pegué la bici de nuevo y de ahí me fui al São Lucas en Copacabana, completando la vuelta a la Laguna.

Después de una larga espera me dieron dos puntos. Uno en el codo izquierdo y otro en la mano derecha. Son dos cortes pequeños, nada para preocuparse.

Vista Chinesa para toda la familia

Con la fascinación que quedé después de conocer la vista Chinesa, estamos planeando ir de nuevo este domingo con Fer, Malena y algunos amigos. Pero esta vez en colectivo hasta la base y después caminando.

Un abrazo grande a todos,
Malena, Fer y Ernesto.