sábado, 13 de diciembre de 2008

Buzios 2008

El último fin de semana aprovechamos e hicimos una escapadita a Búzios. Fuimos con Marta y Alejandro, una pareja de amigos argentinos, en realidad Marta es española. Alquilamos un auto, y como Búzios es bastante caro nos fuimos bien aprovisionados. Llevamos asado, picadita, comida para el desayuno, etc.

Las fotos

Buzios no está lejos de Rio, unos 180 km. A la ida, viernes a la noche, agarramos el super tránsito embotellado de Rio. Para llegar al puente Rio-Niteroi tardamos casi dos horas, un trayecto para hacerlo en 20 minutos. Pero estábamos de vacaciones así que lo tomamos sin estrés. Malena como siempre se portó super bien, sólo llora por hambre o sueño la gorda.

Alquilamos una casita a travez de una amiga de Fer que nos hizo precio. La verdad el depto espectacular, tres habitaciones, dos baños, dos pisos, ambientes amplios, de lux....

Búzios es una ciudad netamente turística, invadida por argentinos. Tanto dueños de posadas, restaurantes, mozos, y turistas son argentinos. El turismo argentino es tan fuerte que los brasileños de Búzios también hablan español y bastante bien, no como en Rio que chamuyan... Armação dos Búzios, es una península rodeada de playas. Así que cada día podés ir a una playa distinta, con características distintas. Están las que dan a mar abierto, con olas más grandes, y las que dan hacia el continente con aguas tranquilas. Nosotros elegimos de estas últimas para poder usar los snorkels y porque para Malena era mejor también.

El primer día fuimos a João Fernandinho. Una playa muy chiquita, de unos 150 m de largo. La pasamos super bien, estrenamos las antiparras y las patas de rana (pé de pato en portugués), anduvimos bastante en kayak con Fer. Remó un montón la petiza.

Este primer día Malena no estuvo muy amiga del agua. Cuando la puse en el agua lloró, supongo porque estaba un poco fresca. Cuando volvía a intentar meterle los pies en el agua ella los levantaba antes de tocar agua. Era muy gracioso así que lo repetí algunas veces, hasta que Fernanda me retó.

A la noche encaramos el asadito. Menos mal que no había ningún brasileño cerca, porque jugando a las cartas se nos pasó el asado, un pedazo se quemó de un lado y casi todo el resto quedó seco. Igual se rescataron algunos pedazos, y los que quedaron secos sirvieron para los sanguchitos del día siguiente.

El domingo fuimos a praia da tartaruga (tortuga). Esta vez sí, Malena se copó con el agua y la arena. Comió bastante arena y chupó algunas piedras. Marta, que es antropóloga, dice que es bueno para generar anticuerpos... Malena pataleó en el agua, y le gustaba cuando la olita le llegaba a los pies.

Cayendo la tarde nos pusimos a jugar a las cartas en la playa y se nos fue la economía a la mierda. Pedimos unas caipiriñas, camarones, rabas... quedamos medio tocados con las caipiriñas, pero cuando vino la cuenta el shock casi nos hace pasar el pedo. Igual estuvo bien un gasto extra para despedir el fin de semana.

Ya partiendo, domingo a la noche, dimos un paseito por el centro de Búzios. Paseamos por Rua das pedras, una peatonal coqueta de lajas bastante grandes, por eso el nombre supongo. La vuelta a casa fue tranquila, principalmente para la familia Kilduff/De Santis que durmió casi todo el viaje.